Introducción:
Los trastornos de la alimentación son problemas de conducta serios. Puede ser que la persona coma en exceso o que no coma lo suficiente como para mantenerse sana y saludable.
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener trastornos de la alimentación. Suelen comenzar en la adolescencia y con frecuencia se presentan con depresión, trastornos de ansiedad y abuso de drogas.
Los trastornos de la alimentación pueden causar problemas en el corazón, en los riñones e incluso la muerte. Es importante obtener ayuda a tiempo. El tratamiento incluye supervisión, terapia psicológica, asesoramiento nutricional y, algunas veces, medicinas.
Aunque los trastornos alimenticios se padecen
individualmente y tienen causas psicológicas, el entorno
cultural y familiar marcan su aparición y los
orígenes de los trastornos alimenticios; son, por lo
tanto, multicausales. Además, su expansión social
los ubica como un problema de salud pública que
requiere ser estudiado y atendido de manera específica
con urgencia cada vez mayor. La prevalencia
de la anorexia entre la población general varía
de 0.5 a 1.5%, mientras que la bulimia alcanza
3%. La población más vulnerable son las mujeres
adolescentes.
Si bien es cierto que los trastornos alimenticios
han sido llamados “de la abundancia” y aparecen
mayoritariamente en países desarrollados, en zonas
urbanas y en estratos socioeconómicos altos, no
son exclusivos de ellos y la tendencia parece
mostrar su expansión hacia otros países, regiones
y sectores sociales. En este sentido, pueden
constituir una vía de desnutrición cualitativamente
diferente a la tradicional, relacionada ésta con
la pobreza y la extrema pobreza. Algunos datos
del incremento de consulta por trastornos alimenticios
y de su distribución por sexo, son indicativos
de su expansión en nuestro país.
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