martes, 16 de octubre de 2018

Anorexia nerviosa

La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria (TAC) que suppone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los carbohidratos, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteinas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio fisico. 
Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. En España hay unos 250.000 casos de anorexia diagnosticados. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo. Todo esto tiene consecuencias graves en la relación del enfermo con su entorno.
Es importante distinguir la anorexia de otros trastornos alimentarios muy frecuentes aunque más leves. El 80 por ciento de los jóvenes pasan por etapas en las que empeora su relación con los alimentos y los evitan, lo que no indica en ningún momento que estén desarrollando la enfermedad.
La edad de inicio de la anorexia se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien la población más afectada se encuentra entre los 14 y 18. Es más frecuente en las clases sociales media y media-alta.
En un 95 por ciento de los casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los últimos años se ha producido un aumento en hombres, en mujeres adultas y en niños. Los hombres tienen más posibilidades de ocultar el trastorno ya que no están sometidos a un juicio social tan fuerte. Esto favorece que el tratamiento sea más difícil, pues la enfermedad se diagnostica cuando ya se encuentra en un estado muy avanzado.
Algunos de sus sintomas son: 

A. Miedo intenso a engordar, que no disminuye con la pérdida de peso.
B. Alteración de la silueta corporal, exagerando su importancia en la autoevaluación y negando los peligros que provoca la disminución de peso.
C. Pérdida de por lo menos 25% del peso original. En menores de 18 años de edad debe añadirse al peso inicial el que correspondería aumentar de acuerdo con el proceso de crecimiento y considerando que, una reducción de peso cercana a 15% es valorada como riesgo médico.
D. Negativa a mantener el peso corporal por encima del mínimo, según edad y estatura. A estos criterios pueden agregarse los siguientes:
• Pérdida de peso autoinducida por conductas compensatorias: vómitos, laxantes, diuréticos y exceso de actividad física.
• Retraso en el desarrollo puberal: falta de crecimiento de los senos, amenorrea primaria o secundaria. En los varones, los genitales no se desarrollan y hay pérdida del interés y de la potencia sexual.

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